Podría escribir los versos
pero no quiero.

Podría escribir en prosa, pero eso no tiene sentido ¿no crees?

Da igual como plasme las palabras,
da igual como sienta lo que dije
lo que diga o no haya dicho
da igual, todo da igual
lo he dicho una y mil veces
¿sientes algo? ¿algo?

No hay nada nada nada
vacío incorpóreo inicuo
de tragos de drogas de pensar de sentir de razonar de algo.

Caminar, fumar, mirar, preguntar,
observar, detener, encontrar,
relajar, tensar, acariciar, anhelar vidas que no pasan.

Y me encuentro a mi mismo
con la cabeza vacía, resonando la idea.
Perturbadora.
Pero ansiada.

¿Es esto que imagino real?

Y vuelvo a caminar, ahogándome con las cenizas
hay mucho por hacer y hay que darse cuenta que se está vivo.

La búsqueda no acaba,
se retoma con valentía,
se sanan las heridas,
se desarman las trabas,
se reconstruye la abadía,
y se superan las idas.

Solo soy una pequeña piedra de una historia más grande. Debo volver a mi lugar, ceñirme en moho, aceptar el musgo, corroerme con las sales, convertirme en polvo y por fin flotar.

Quizá no pertenezco acá, quizá nunca lo hice, quizá debería alejarme, quizá debería desaparecer, quizá debería hacer algo, quizá no debería hacer nada, quizá nada, quizá no quizá, quizá si.

No te metas donde no te llaman.

No necesito nada, todo es prescindible. Todo es efímero, todo acaba. ¿Círculo de la vida? nunca ha sido un círculo, si bien van rotando las energías, estas dejarán de existir en algún momento, no ahora ni mañana, todo lleva su plazo, por ejemplo, al mío le falta poco, y al tuyo también.

No sé, ya no quiero nada, quiero dormir y acariciar a mi gata.

Estaré muerto por un rato.

Si es que ya no lo estoy.