sábado, 29 de diciembre de 2018

Estaba acostado en mi cama, era de noche, ya tarde, a eso de las tres de la mañana. Me vinieron unas repentinas ganas de fumar, tomé mi reproductor mp3 y mis audífonos, abrí el cajón de los calcetines, donde estaban escondidos al fondo de éste el encendedor y la cajetilla de 20's, de la cual quedaban sólo unos siete. Salí de mi pieza, rogando para que los perros no ladraran, abrí lentamente la puerta que da al patio para luego saltarme la reja.

Libertad.

Terrible es sufrir de insomnio, mirando al pasado, cualquier niño de quince años se le zafarían un par de tornillos durmiendo solo 5 horas cada dos días.

Comencé a caminar, sin rumbo, como siempre. Hacía frío, era invierno. Caminé en línea recta en dirección a lo que era mi colegio en ese entonces. Prendí un basurero, tenía delirios piromaniácos. Usé la llama tóxica de la basura como lumbre para ese cigarro que tenía en mi oreja, si me voy a morir que sea de manera chistosa, pensé. De la nada comenzaron a brotar lágrimas, no entendía por qué, era raro llorar en ese entonces, tenía problemas para manifestar mis sentimientos, rozando la apatía total. Tenía la mente en blanco, mi psicóloga me había enseñado a hacerlo, me tomó mucho tiempo lograr ese estado mental, era casi como meditar, pero de manera automática y podía hacerlo en cualquier parte, era útil, ya que al ser ansioso solía tener bombardeos severos de pensamientos, sumándole a eso las alucinaciones visuales y auditivas la vida cotidiana se volvía un infierno en mi día a día.
Tenía la mente en blanco, me brotaban las lágrimas, no pude evitar arrugar cada músculo de mi cara y romí en llanto. Un llanto silencioso, no quería que nadie me encontrara, no quería que nadie despertara y escuchara a un patético muchacho llorando a mitad de la calle, simplemente lloraba para mí, el cigarro se consumía poco a poco, el humo llegaba a mis ojos, empeorando la situación.
¿Habrán pasado cinco minutos? Al menos pasó una canción y media. Me sequé los ojos y limpié mi nariz con la manga del polerón que traía puesto. Suspiré, un suspiro largo, eterno, se me humedecieron los ojos de nuevo. Todo ya había terminado.

Era martes, lo recuerdo perfectamente porque en el fin de semana pasado la había acompañado a el mall a cambiar algo según ella. Entramos a la tienda y ella hizo lo suyo. Seguimos caminando, hablando de nosotros y de como nos trató el pasado, como estamos en este presente y de lo que nos esperaría para el futuro, discutimos, y nos fuimos separados a nuestras casas.
- Llegaste bien? - le envié un mensaje, porque a pesar de todo la quería mucho y me preocupaba por ella.
- Sí, perdón - me respondió ella
- Nos vemos el Lunes

Lunes, 7:58 AM, estaba entrando a la sala, y lo veo ahí, un skate, con un globo y una bolsa con diseño de corazón. Sobre la mesa, esperándome, mofándose. No era para mí, era para su pareja ¿cumple mes creo? No sé, y no me importó, el receptor no era yo, cuchillos que se clavaban en mi corazón, mil puñaladas, un viento frío me recorrió por todo el cuerpo. No reaccioné y me dirigí a mi puesto. ¿Cambiar qué? ¿Me pediste acompañarte a cambiar los truck del skate para tu pareja? Despreciable, ya no te quería volver a ver, y nunca más lo hice.

Y ahí estaba yo, un martes a las 3:39 AM, llorando en plena vía pública, despidiéndome de ti, y de todo lo que vivimos juntos.

Eso sí, te recuerdo con cariño, que lo sepas.

jueves, 20 de diciembre de 2018

Tan cerca y tan lejos
delgado el hilo que sostiene
la vida errante de estos muchachos.

Negro por el Sol
aturdido
no queda nada ya en el bolsillo.

¿Lo estás intentando realmente?
Incesante y molestoso
por favor déjame tranquilo que necesito dormir.

Pies hinchados
ante brazo compungido
mente deshecha de tanto pensar.

Papeles vuelan vistosos por el viento
van y vienen en un vaivén inverosímil
volátiles las velas velando por vos.

Avísame cuando llegues
o no lo hagas
las malas noticias son las primeras en llegar.

martes, 4 de diciembre de 2018

Manos sangrantes, manchadas de manchas
manos cansadas, sucias
olor a sudor y polvo
humedad y cuerpo.

Higiene, nula
tengo resaca desde el viernes
del noventa y ocho.