sábado, 4 de mayo de 2019

Sentado, durmiendo
soñando, corriendo
asustado, temeroso
firme, valeroso.

Cuatro paredes me rodean,
blanco sucio y olor a humedad
costras de semen
lágrimas en la almohada.

Cambios, en todos lados
nada tiene sentido ya
¿qué estaba haciendo?
tengo que releer tres veces el mismo párrafo para poder procesar.

Piernas frías
corazón helado
ojos húmedos
corazón, ya cerrado.

No me satisface ya ninguna mujer
hombre o animal
la única persona capaz soy yo
de saciar este deseo carnal.

He perdido el interés
¿estaré enfermo?
mis ojos me engañan otra vez
¿estaré cuerdo?

Velas prendidas
verlas apagadas
saltar un latido
caer rendido.
Cumplí veintiuno no hace mucho, se siente raro, se siente triste. Ya no soy un niño, a diferencia de los dieciocho, que no sentí ningún cambio. Soy un hombre triste y sin ánimos, un adulto que se preocupa por la plata de la casa, que se estresa y tiene problemas para conciliar el sueño. No me molesta, pero tampoco me agrada. lo que le temo en verdad es a la eterna soledad y la inminente muerte.

¿Algún día se acabarán mis preocupaciones? ¿O seré eterno esclavo de mis convicciones?