miércoles, 13 de noviembre de 2019

Si un día
decido
acabar con todo
solo espero que
me recuerdes
riendo
mirando el cielo
quizá con cara de amargado caminando por la calle
jugando
siendo niño.

sábado, 21 de septiembre de 2019

Taquicardia, el pecho me baila
manos sudadas, saladas y mojadas
mar de lágrimas, de inseguridades.

Tiemblo, pero no hace frío
las luces me ciegan, quiero vomitar
¿moriré?

El viento no sopla por la cueva de mi garganta
sonidos. el de mi estómago hambriento
baja el azúcar, baja la presión.

Mi propio aroma es el aroma de cien hombres marchando hacia el norte
fusil en mano, preparados para matar a su hermano latinoamericano
sangre pútrida es la que se aloja en mi deforme nariz.

Pienso, día a día, que esto ya es inútil
la soledad se apodera cada día más de mi estilo de vida
y no me molesta.

Me urge abrirme los brazos
las piernas, los costados, las entrañas
me urge abrir los ojos, los oídos, la boca, el alma.

Un día seré tierra
y será
el día más feliz de mi vida.

domingo, 15 de septiembre de 2019

Un suave olor a semen y suciedad
carne podrida asándose al carbón lento
encerrado entre un suelo, un cielo
cuatro paredes, una ventana y una puerta.

La luz ilumina mi cuarto, me duele en los ojos
el humo abofetea mi cara
confundido, comienzo a llorar.

sábado, 4 de mayo de 2019

Sentado, durmiendo
soñando, corriendo
asustado, temeroso
firme, valeroso.

Cuatro paredes me rodean,
blanco sucio y olor a humedad
costras de semen
lágrimas en la almohada.

Cambios, en todos lados
nada tiene sentido ya
¿qué estaba haciendo?
tengo que releer tres veces el mismo párrafo para poder procesar.

Piernas frías
corazón helado
ojos húmedos
corazón, ya cerrado.

No me satisface ya ninguna mujer
hombre o animal
la única persona capaz soy yo
de saciar este deseo carnal.

He perdido el interés
¿estaré enfermo?
mis ojos me engañan otra vez
¿estaré cuerdo?

Velas prendidas
verlas apagadas
saltar un latido
caer rendido.
Cumplí veintiuno no hace mucho, se siente raro, se siente triste. Ya no soy un niño, a diferencia de los dieciocho, que no sentí ningún cambio. Soy un hombre triste y sin ánimos, un adulto que se preocupa por la plata de la casa, que se estresa y tiene problemas para conciliar el sueño. No me molesta, pero tampoco me agrada. lo que le temo en verdad es a la eterna soledad y la inminente muerte.

¿Algún día se acabarán mis preocupaciones? ¿O seré eterno esclavo de mis convicciones?

lunes, 28 de enero de 2019

Tengo veinte ya. Veinte largos y sufridos años. Tengo veinte y aún no logro ser emocionalmente estable. Tengo veinte y me duele no poder considerarme normal. Tengo veinte y me da pena pensar en cómo he vivido mi vida hasta ahora. Tengo veinte y estoy cansado como si tuviera ochenta. Tengo veinte y no me apasiona llegar a los veintiuno.