lunes, 21 de octubre de 2013

Mírame, mientras te hablo
mientras presiono tu garganta con mis manos
evitando tus palabras sucias y cochinas
atorándose en tus entrañas
todas tus plegarias
atrapadas y adormecidas.

Gime, gruñe, sé que lo disfrutas
se nota en tus ojos.
Sigue mirándome.

No te desvanezcas, no ahora
que tu dulzura no se deshaga en esta cita carnal
no te preocupes, descansemos un poco
para luego culminar
en nuestro apogeo de euforia

¡No dejes de mirarme!
¡Dímelo a la cara!
¡Calla!

Perdón, me retiro.

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