miércoles, 26 de febrero de 2014

Me cansé, de toda esta monotonía en la que se ha convertido mi vida, harto de todo lo que no me importa, deseo desde las últimas entrañas de mi ser que todo el mundo se vaya a la real mierda. Pero (siempre hay un pero) es esta cobardía mía la que me impide hacer algo, el miedo, casi terror a lo desconocido. Impotencia máxima ante el inexistente ser que no se apiada de mi, pero si por los demás. Estoy condenado a ser un ser incorpóreo, en el borde, casi eterno del no existir. Pero (ya les dije que siempre hay un pero) ya llegará mi momento, donde yacerá mi obra póstuma, pasaré al olvido de las mentes humanas, donde mi existencia no tuvo ninguna relevancia, donde, al fin y al cabo, siempre he estado, y siempre estaré.

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